Ella me regalo un barquito de papel que navegaba muy bien. Pero, como todo barquito de papel en aguas turbulentas, se estanco. Mojado y deshecho lo vi hundirse junto con tantos otros barquitos de papel.
Felices aquellos navegantes que han llegado a destino. Desde esta isla desierta miro el mar y sigo con la esperanza de encontrar, más alla del horizonte un mejor lugar. Ese del que tantos hablan, pero que nunca he podido ver.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario