domingo, 13 de abril de 2014

Las historias incompletas

Estoy condenado a perder las cosas que amo. Con la intención de creerme una vida normal, de intentar ser solo una persona más entre tantas, he vivido mintiendo. Principalmente a mí mismo.
Pero yo sé quien soy, se bien lo que me pasa. No soy una persona más, como nadie y como todos. Porque yo tengo una historia, como todos tienen la suya.
Pero además, yo soy una persona de más de una historia. Son muchos los cuentos que puedo contar sobre mi, de hecho soy un excelente contador de historias si quiero. Pero está mi verdadera historia (o al menos, la parte que evito contar), la que he oído tantas veces y tantas otras veces la deje sonando en un costado. Mi yo entero, la parte que falta de mi rompecabezas.
Mi historia completa es mi condena, la que me hace perder, la que no me deja seguir y a la vez es la que me hizo ser lo que soy, la que me trajo hasta acá. Supongo que todos (o casi todos) tendrán la parte oculta de su historia. 
Teorías dentro de la literatura y a la hora de crear un relato, dicen que para hacer mas interesante a los personajes, y así a la historia, es necesario que estos nunca se muestren del todo.
Imagino que esta teoría se podrá trasladar a la vida real, que después de todo, también es otro cuento por el que pasamos.

1 comentario:

  1. Esa es la historia que se firma como anónimo, porque en silencio o al menos sin transcribirla al papel, ésa historia es tuya a solas, pero materializada ya sentencia.
    Es como cuando se dice que los pensamientos sugieren pero las palabras sentencian. Hay que tener cuidado con la construcción de la imagen propia, uno no puede hacer y decir lo que le venga en gana, la transparencia dejó de ser una cualidad benevolente, al menos en algunas acepciones. Te mando un beso mi querido Tom :)

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"Si alguien decide dar el primer paso, es muy probable que el resto lo siga"