Se
reparten de nuevo las cartas, tengo las manos gastadas, hace tiempo no
entraba en este juego de dos. No sé cuales son las nuevas reglas, ni a
quien le toca el próximo movimiento y siento que te quedas mirando,
esperando alguna reacción de mi parte y tengo miedo de estropearlo todo. ¿Qué pasa ahora? ¿Para dónde tengo que correr cuando no sé ni donde tengo los pies?
Pareciera
que vos lo estas manejando todo, que ya estas totalmente segura de que
esta pasando y qué va a pasar y yo sigo leyendo las instrucciones en
japones. Soy un ciego en casa ajena, un sabueso sin olfato... así que, de ahora en más, dejo todo a la suerte, es mi turno y
voy por todo.
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